#Microrelato Las formas de nacer

En los últimos años se registraron, por día, más de 367.000 nacimientos en el mundo. En efecto, desde tiempo primigenios nacer es un hecho que ocurre todos los días, sin embargo, no por eso deja de ser un acto menos maravilloso, menos sorprendente. Dentro de la rutina de lo natural hay una discontinuidad. Cada nacimiento es particular y universal al mismo tiempo. Este acto tiene como primer umbral de ingreso al mundo el vientre materno. De ahí la importancia que revista el desarrollo de la vida en el mismo y su posterior venida al mundo. En efecto, uno de los epígrafes del documental Las Formas de nacer toma una cita de Michel Odent que dice lo siguiente: “Para cambiar el mundo, hay que cambiar las formas de nacer”. Ahí estaría una de las claves del film.

Está más que claro que todos los seres humanos llegamos al mundo, pero lo que no están tan claras son las reglas de juego que, a través de la medicina hegemónica, regulan las formas del nacer. Las modalidades de nacimiento de la cultura contemporánea lo han transformado en una acto violento e inhumano. En este sentido, el film de Elian Guerin, desarrolla una mirada crítica, una búsqueda de la humanización del venir al mundo. Visibiliza, por tanto, la violencia obstetricia, esto es, los maltratos institucionales que provocan pérdidas irreparables. La voces de Paula Pizak (quien a raíz de un acto de violencia institucional quedó sorda y parapléjica y se convirtió en militante, en una luchadora) y una madre primeriza que busca información se cruzan para cambiar el rumbo del cómo venimos, cómo nacemos. Si bien el nacer no es una elección personal, sí lo es el cómo traer nuestros hijos al mundo, el cómo elegir que hacer con nuestros cuerpos. Lejos de las sirenas, de las urgencias, de habitaciones minúsculas y procedimientos técnicos el acto de nacer recupera así lo más significativo de nuestra cultura.

Lateralidades

En un sorprendente film, Hijos de los hombres, protagonizado por Clive Owen y Julian Moore se plantea el dilema de la extinción de la especie humana. Esta desaparición se debe a que hace más de 20 años no ha nacido ningún ser en el planeta y hombres y mujeres se han vuelto estériles y se desconoce la causa. Nacer, algo tan común y sustancial a la especie de pronto se transforma en una imposibilidad. Más allá de los dilemas éticos y estéticos que este film plantea aquí puede leerse una dura crítica al cómo venimos y por qué venimos al mundo.

 

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